domingo, 28 de julio de 2019
martes, 23 de julio de 2019
Café con un extraño
Entré a aquel café distraída y con un paso rápido. Un hombre de cabello blanco que sostenía un café en una mano y un croissant en la otra, se detuvo para darme el paso.
—¡Gracias! Es usted muy amable −. Fue lo único que atiné a contestarle, una sensación extraña de pronto me recorrió, sin embargo, seguí pues me urgía encontrar una mesa.
Ya en la mesa intenté leer el libro que me tenía intrigada, pero ese aroma que percibí desde que llegué al café no me lo permitía. Llevaba ya como 10 minutos y no pasaba de las primeras dos líneas y no me pregunten que decían porque a pesar de que las releía no tenía ni idea.
Levanté la mirada y ahí estaba él, a pesar de tener el cabello blanco, su rostro casi no tenía marcas propias del paso de los años, sus ojos eran color miel, sus dientes eran tan blancos como la nieve y su sonrisa es hermosa.
—Señorita, ¿desea ordenar algo?—Me dijo la mesera.
—¿Perdón?—contesté, sin entender realmente lo que me decía
—¿Qué si desea ordenar algo?— Con voz un poco desesperada me repitió la
pregunta.
—Mmm, sí, un té chai, por favor.— Le conteste solo por decirle algo.
Cuando volvió la mesera me dijo que ya entendía porque no estaba prestando atención pero que esperaba que no se enfriara mi té antes de que le diera el primer sorbo, sentí que me puse color de hormiga, porque fui muy obvia al estar observando a aquel hombre razón por la cual no había puesto atención a mi alrededor; mi color subió más de tono cuando volteé y me di cuenta que él me observaba al mismo tiempo que hojeaba una libreta de pasta de piel negra y hojas color beige, sonreía y anotaba algo, también pude darme cuenta de que se detenía en algunas páginas, las acariciaba y sonreía con un halo de nostalgia. Intercambiamos algunas miradas, cuando de repente se levantó y caminó en dirección a mi mesa, yo pretendí hacer como que no me había dado cuenta y clavé la mirada en el libro.
—Disculpe mi atrevimiento ¿le molestaría si me siento un momento?—Me dijo con una voz muy varonil y relajante.
—¡Claro que no me molesta! Por favor siéntese.—Le dije con voz entre cortada por los nervios.
—Aún usas el mismo perfume.— Me dijo y en su voz se notaba lo ilusionado que estaba.
—¿Disculpe? ¿Acaso nos conocemos?— Le dije bastante sorprendida porque, aunque su olor me era muy familiar, yo juraba no haberlo visto antes.
—¿No me recuerdas, Naty? Llevo ya mucho tiempo buscándote, he andado de ciudad en ciudad, he recorrido países sin descansar, pero hoy al despertar me sentí vivo una vez más, sabía que en este café nos íbamos a reencontrar y, mira no me equivoque, sigues igual de hermosa, tu cabellera castaña y larga, así tal cual te recordaba.
Hubo un silencio, me tomó de las manos y al sentir su piel mi alma lo recordó, su aroma a maderas y aquellos días donde la felicidad se desbordaba.
Era él, él amor de esta y otras vidas...
Jazzz @inesperado07
Jazzz @inesperado07
Imagen recuperada de: https://big1news.com.br/wp-content/uploads/2017/05/Caf%C3%A9-G%C3%B3tico-Novidade-Gastron%C3%B4mica.jpg
Sobre el texto @MaruBV13 hace las siguientes consideraciones:— Título del texto.
— Intro de @MaruBV13 indicada en cursiva.
— El caballero parece dibujar o escribir en una libreta.
— Enlacec a su entrada: https://conjurandoletras.com/2019/07/07/cafe-con-un-extrano/
lunes, 22 de julio de 2019
Césped / Café
He soñado que camino de tu mano,
el césped acariciándonos a cada paso que damos,
el aroma del café llenándonos de vida,
Y la luna enamorada nos va recitando sus más bellos versos.
#DesafioDosPalabrasUnTuit #Día30
Te buscaré
Te buscaré más allá de la distancia,
Junto al mar de la esperanza,
ahí donde se funden nuestras almas,
donde ya no existe la penumbra.
Te buscaré porque cuando te pienso mi cara se ilumina y se llena de alegría.
Deseo
Sentada en el muelle, con la mirada perdida en el horizonte y abrazada a su fotografía, pidió el único deseo que le podría salvar la vida, reencontrarse con quien por mucho tiempo la hizo feliz; cerró los ojos y con su eterno amor partió.
Entre el perdón y el olvido
Entré a la biblioteca necesitaba estar a solas,
me senté en el viejo diván, quería aclarar mi mente,
cerré los ojos deseando poder arrancarme del alma cada uno de los besos que dejaste tatuados, pero fue inútil.
Ahora entiendo que quizá algún día llegará el olvido y ¿el perdón? El perdón no tiene cabida.
domingo, 21 de julio de 2019
Me vestí de tristeza
Me vestí de tristeza y me abandoné en esa habitación obscura y fría,
miré el tiempo pasar, mientras la soledad se hacía presente e intentaba consolar mi llanto,
leí una y mil veces nuestro libro de versos preferido,
me cuestioné en distintas ocasiones ¿qué fue lo que hicimos mal? Pero no hubo respuesta,
solo un profundo silencio que tatuaba en mi piel el recuerdo de tu amor y un adiós que dejó a mi vida sin sentido...
solo un profundo silencio que tatuaba en mi piel el recuerdo de tu amor y un adiós que dejó a mi vida sin sentido...
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