Dicen que…
con una
simple sonrisa ella se derretía,
él era su
vida misma,
su voz
endulzaba su oído en cada madrugada,
sus ojos la
tenían cautivada,
cuando cerraba
sus ojos y lo pensaba el cielo le regala un arcoíris,
tiene un
cofre ahí en el pecho en el que almacena suspiros e ilusiones,
les robaría
el brillo a las estrellas para su camino siempre alumbrar,
le recitaría
a la luna cada uno de sus versos para que él al mirarla su sonrisa le pudiera obsequiar,
guarda mil
caricias que sus dedos se mueren porque en su cuerpo las pueda plasmar,
ella tiene
abiertos los brazos esperando su llegar, que lo abrazará tan fuerte y que nunca
más lo soltará.
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